En octubre de 2022 el multimillonario Elon Musk compró Twitter por unos 44.000 millones de dólares y dos años más tarde estamos sufriendo los resultados. No es un secreto que en la última década ha ido menguando en usuarios y es que no sé ni contar cuantas personas que seguía han abandonado esta red social. Pero las ansias capitalistas de su dueño en buscar el mayor beneficio posible lo han llevado a una situación incómoda: Pagar por visibilidad. O lo que es lo mismo, si te fallan los anunciantes, deja que sean los mismos usuarios los que paguen por promocionar sus publicaciones, esas que sobre el papel debería ya de por si promocionar su algoritmo.
¿Y con qué nos encontramos? Nos encontramos con un señor que desea que pagues por su "tick" azúl, eso que antiguamente llamábamos cuentas verificadas y que ahora los bots pueden pagar para spamear a su gusto, a diestro y siniestro. Realmente no hay problema en querer sacar tajada de su negocio, el problema es que quién ha comprado esta red social es de todo menos transparente. Hablamos de una persona que sabemos que ha modificado el algoritmo para que sus publicaciones tengan más visibilidad y que dice sin tapujos que su hijo transexual ha sido victima del "virus woke" y que él lo considera muerto (palabras textuales suyas) y que esa es una de las razones por las que decidió comprar Twitter, mientras que al mismo tiempo decidió retirar de California las sedes de X y Space X como protesta por la aprobación de una ley de identidad de género. Y no estoy tergiversando nada, es lo que dice él mismo y encima lo publica tan pancho en su cuenta de Twitter, mientras que haciendo uso de un racismo supremo invita a la guerra entre culturas en medio de una escalada de ataques de odio que se produjeron recientemente en el Reino Unido a raíz de una fake news.
Si eres "woke" y tienes cuenta de Twitter, presuntamente tienes un shadow-ban (el algoritmo oculta tus publicaciones con mayor probabilidad que el resto), puesto que eres manifiestamente su enemigo. No hay pruebas de ello, pero esta red social está ahora mismo en manos de un radical que clama una guerra santa contra el "virus woke". Él mismo ha dicho que compró Twitter para frenar un "virus mental" propagado por "extincionistas". Y además eso le viene de perlas, porque si no tienes visibilidad le conviene que gastes dinero en actualizar tu cuenta a Premium o que pulses en el botón de "Promocionar" que sale a la derecha de cada tweet propio.
Un servidor está en Twitter desde 2010, tiene un historial de unos 40.000 tweets y unos 300 seguidores (315 mientras escribo estas líneas). Y desde que se activaron el número de visualizaciones por tweet, estoy notando que pese a tener cada vez más seguidores, los números de visibilidad van menguando más y más. Estamos hablando de pasar de casi un centenar de visualizaciones por publicación a apenas unas 20 visualizaciones. Y Musk lo sabe, es la razón por la que te muestra las visualizaciones de un tweet, para que tú mismo compruebes como menguan y te plantees pasarte a Premium. Y si yo, siendo un veterano de la plataforma, tengo semejante ratio, ¿qué estadísticas puede tener un recién llegado a la plataforma? ¿5 visualizaciones? ¿10 como mucho? Básicamente el modo "pay-to-win" ha hecho que los aspirantes a influencers más ratas muden sus estrategias y decidan seguir, por que sí, a miles de personas sólo para ver si alguno les devuelve el follow y así poder ganar visibilidad trampeando al algoritmo. ¿Te acaba de hacer follow un fulano que sigue a 1.000 o 2.000 cuentas? Huye de él, no le interesas, sólo quiere forzar a que seas su mutual y probablemente al cabo de un tiempo hará limpieza para decir "mira, me siguen 900 personas y yo sólo a 20".
¿Por qué os suelto toda esta parrafada? Porque Twitter ya no es divertido. Ha pasado de ser una plataforma ideal para el trolleo y echarte unas risas a ser una plataforma fantasma donde millones de usuarios escriben sin obtener respuesta alguna y que cuando las obtienen éstas muchas veces son tóxicas. Se ha vuelto una red social tan útil como escribir un mensaje en una botella de vidrio que lanzas al océano, salvo que además en Twitter te devuelven la botella diciendo que eres "woke" por usar un tapón rosa o te tachan de imbécil por contaminar el océano con tu botella.
Así que hice una sencilla prueba: Me creé una cuenta de Threads hace una semana (el rival de Twitter de Instagram) y hoy escribí el mismo tweet en ambas redes sociales:
- En Twitter al cabo de 6 horas y con una cuenta con 315 seguidores, apenas alcancé las 46 visualizaciones. Cero likes y en el hilo sólo hablaba yo.
- En Threads, en una cuenta con apenas 14 seguidores, a los 46 minutos ya me saltó la alarma de "tu conversación obtuvo más de 50 visualizaciones" y obtuvo 2 likes.
Pues oigan, los números están ahí. En apenas 46 minutos obtuve más visualizaciones e interacciones en Threads que en 6 horas en Twitter con 22 veces más seguidores. Ahora partamos del principio de que ambas son redes sociales y que se supone que el concepto de estas páginas es la socialización de sus usuarios, o lo que es lo mismo, premiar su interacción. ¿Cual es la diferencia entre Threads y Twitter? Pues básicamente que para Threads tú, como usuario, eres un producto: Eres una fuente de datos vendible a terceros y te quiere contento para que no te vayas; Mientras que por otro lado, desde que Elon Musk compró Twitter, tú ahora eres un cliente de la plataforma y a la vez un producto: Quiere forzar a que pagues dinero a la vez que quiere venderte como producto a terceros... Y para más inri este señor seguramente está haciendo de policía de la moral, promocionando su forma de pensar y baneando del algoritmo todo lo que él considere inapropiado.
¿Pudiera ser que Meta haga lo mismo? Pues quién sabe, es la magia del software privativo. En todo caso, a los números me remito, si lo que quieres es usar una red social para socializar, ahora mismo vale más la pena empezar desde cero una nueva cuenta en Threads (o similares) que manejar una cuenta en Twitter de más de 14 años de antigüedad y con centenares de seguidores.