Cada vez que veo una injusticia y no le encuentro solución, noto como una parte de mi alma se corrompe. No, no vengo a hablaros de la situación de Pedro Sánchez, si no de una situación desagradable que he visto hoy. He sido testigo de un accidente de tráfico, sin víctimas, pero absurdo. Pero lo que más me ha molestado es la actitud incívica de uno de los afectados.
Os pongo en situación. Son casi las 15:00h y me encuentro en el cruce de Plaça del Periodista Ros Belda / Carrer del Dr. Ferran con Carrer d'Antoni Suárez, en Valencia. El cruce tenía coches aparcados en doble fila, lo que difucultaba su visibilidad. El caso es que a escasos metros míos veo un coche cruzando la calle de Dr. Ferrán con precaución, a una velocidad más que adecuada para evitar un accidente. Y cuando se encuentra en medio del cruce, un coche que proviene de la calle Antoni Suárez lo embiste. Me llevo las manos a la cabeza, me pareció un accidente tonto y totalmente evitable.
Los conductores bajan de sus respectivos coches. No hay heridos y a pesar del susto, los coches apenas tienen abolladuras. Ahí encontramos dos perfiles: El conductor de la calle Dr. Ferrán, un yogurín, aparentemente universitario, que se excusaba en que no pudo hacer nada porque los coches aparcados en doble fila dificultaban su visibilidad y que él estaba pasando a ritmo lento. Y por otro lado tenemos a una conductura una decena de años mayor que él que le recriminaba una y otra vez que por qué estaba cruzando si ella tenía prioridad.
A priori todo parece resuelto, tenemos un joven que reconoce su culpa y otro conductor, algo más veterano, que le refleja una y otra vez que tiene la razón. El caso es que vista la situación, me acerco a hacer una observación:
- "Perdona, él tendrá la culpa, pero tú ibas demasiado rápido. Si en vez de ser un coche llega a ser un peatón, te lo llevas por delante."
No hice la obseración para tocar las pelotas, si no porque era verdad. En ese cruce la conductora tenía un paso de peatones que no respetó. Imposible respetarlo a semejante velocidad. Como era de esperar, no le gustó mi observación. Tampoco buscaba gustarle, sólo corregir una actitud problemática. Además lo decía en serio, puesto que yo soy de esos peatones que a veces salta para evitar ser atropellado.
- "Bueno, pero yo no he visto peatones."
Sí, claro y el coche que te comiste por la mitad también lo viste, ¿no? Ojo, que no lo embistió por la parte delantera ni por la trasera del coche: Lo embistió por la mitad justa. De todas formas, poco pude hacer para mediar, porque ante la actitud muy poco colaboradora se sumó otro viandante que dijo:
- "Mira, como si va a doscientos por hora. El chaval tiene un STOP ahí."
A mi no me sonaba que hubiera ninguna señal de "stop", ni siquiera una de "ceda el paso", pero en fin, viendo que el chico admitía su culpa y que el otro viandante decía que había una señal de "stop", decidí no meter más leña al fuego e irme a la oficina a continuar con la jornada laboral.
Pero al final del día, una vez en casa, me picó el gusanillo y decidí mirar en Google Street View. Y resulta que yo tenía razón, ahí no sólo no había ninguna señal de "stop", si no que tampoco había siquiera señal alguna de "ceda el paso":
Entonces un escalofrío me recorrió la frente, puesto que en todo cruce (a no ser que alguna señal indique lo contrario), la prioridad recae en el coche que está a tu derecha. Decidí "googlearlo" y me sirvió para reafirmarme: Al no haber ninguna señal de "ceda el paso" ni ninguna señal de "stop", el coche embestido (el situado "a la derecha") era el que tenía preferencia. Es decir, el coche que iba a toda velocidad por Antoni Suárez y que tras chocar recriminaba al presunto conductor ¿nobel?... resulta que dicho conductor fue el único y absoluto culpable del accidente: No tenía prioridad en el cruce, iba a una velocidad demasiado alta, embiste a otro vehículo por su mitad exacta y para más inri le gritaba al otro conductor.
En fin, supongo que los seguros de ambos coches, cuando lean sendos partes, llegarán a la misma conclusión que yo. Mientras, sólo me queda el remordimiento de no haber verificado en el instante exacto la situación para poder haber defendido a aquel chaval. Está claro que esta situación se podría haber evitado con una mejor señalización, o incluso llamando a la grua para retirar los coches que aparcan en doble fila en los cruces... Pero no estaría mal que los que tenemos coche nos releamos un poco las normas básicas de circulación, puesto que visto lo visto, ninguno de los cuatro actores estuvo fino cuando la situación lo requería.
En fin, buenas noches.