Hoy he visto en televisión una grabación de hemeroteca donde el actual presidente del Gobierno aseguraba que su meta sería, en caso de ser presidente, fijar como su límite de deuda pública los 700 mil millones de euros. Hoy, con dicho señor de presidente de nuestra nación, hemos alcanzado la alarmante cifra del billón de euros. La labor del Ejecutivo es digna de admiración, puesto que no sólo se ha cargado la economía del país con su austericidio, si no que además ha conseguido disparar la deuda pública al mismo tiempo que hemos recortado en lo social como nunca antes habíamos vivido.
En mis tiempos se decía que nadie da duros por cuatro pesetas, pero aquí todos los españoles lo hemos hecho. Se nos ha pedido un sacrificio a cada uno de los ciudadanos para poder arrimar el hombro y sacar adelante el país y nos hemos encontrado con que no sólo no lo estamos sacando del hoyo... si no que nos estamos cayendo con él.
El Ejecutivo se excusa diciendo que ahora vendemos deuda pública a un interés de pre-crisis y que con semejante precio vale la pena endeudarse. Ahora bien, la verdad es que gran parte de ese precio se debe al Banco Central Europeo y no a nuestros méritos, puesto que el señor Mario Draghi debe ser el único pez gordo de Europa que se da cuenta que si el BCE actúa como reserva de los países... los bancos decidirán invertir en empresas y no en bonos de deuda. En pocas palabras, nos está comprando Europa. De hecho, bendita hemeroteca, aún recuerdo cuando Zapatero vendía que la prima de riesgo bajaba gracias a él y que el Partido Popular le contestaban que eso de debía a que España estaba ya intervenida por el BCE (1 y 2).
Todos sabemos que a los políticos les gusta deformar el lenguaje para adaptarlo a su ideario y usarlo para bien o para mal dependiendo del contexto. Bajo esa premisa del "todo es bueno" o "todo es malo" dependiendo del contexto, podemos a firmar que los políticos de hoy fueron los sofistas del pasado, donde todos los temas eran absolutamente relativos y que podían justificarse para bien o para mal dependiendo de la dialéctica de cada uno.
Yo, visto el percal os voy a dejar mis observaciones. El interés de deuda pública es bajo en la actualidad, pero tampoco es como para ir repartiendo bonos a diestro y siniestro. El bono español a 10 años cerró la última subasta al 1,55%. Esto significa que por cada mil euros, en diez años deberemos de haber devuelto 1155 euros (1000 euros del préstamo + 1,55% por cada uno de los diez años). Ahora bien, todo nuestro billón de euros de deuda no está pactada al 1,55%. Recordemos que gracias a Rajoy, en su día la prima de riesgo se disparó a los 648 puntos, dejando nuestro bono a diez años con un interés del 7,62%. Esto significa, que por ejemplo durante la gestión de la crisis de la prima de riesgo, nos comprometimos a devolver 1762 euros por cada mil euros que nos prestaban, casi el doble.
Ahora bien, ¿cómo sabemos hasta qué nivel podemos endeudarnos? Bueno, no existe una regla clara para esto, pero por lo general podemos fijarnos en el producto interior bruto de nuestro país, puesto que nos sirve para poder valorar a groso modo la productividad económica de una nación. En este caso, mira tu por donde, nuestro billón de euros de deuda pública equivale al 97% de nuestro PIB. O lo que es lo mismo, por cada 1000 euros de riquezas que genera España, 970 euros deberían de destinarse a pagar deuda pública.... o dando la vuelta a la tortilla, de cada mil euros que generamos sólo nos resultan productivos 30.
Lógicamente no hay que mezclar peras con manzanas, puesto que no vamos a pagar toda la deuda pública en un único año, pero nos sirve como referencia clara para ver que no podemos endeudarnos mucho más... aunque +30€ sea positivo, podemos afirmar que es una cuantía que no nos resulta rentable.
Pues señores, tengan en cuenta que cuando ustedes pongan la televisión mañana, la casta sofista les dirá que en España los datos macro-económicos son buenos. Bueno, luego tu enseñas los mismos datos en tu examen de Universidad con semejantes conclusiones... y lo que obtienes es un suspenso como la copa de un pino. Eso sí, en defensa de ellos hay que remarcar que tienen una memoria de pez, puesto que viven el presente y ya será problema del presidente de mañana pagar todo este destrozo que están haciendo en las arcas del Estado.