Ya me ha llegado a casa la supuesta primera consola de videojuegos open source con Android, (que ni es open source* ni es la primera videoconsola con Android) que no es ni de lejos la primera consola con Android. A primera vista sorprende por su reducido tamaño, más pequeño que un juguete y con la potencia gráfica de una tableta de gama media/alta.
*El núcleo y la interfaz gráfica de la consola son open source (https://github.com/ouya), pero no su tienda/pasarela de pago. Gracias Pau, por el aviso.
Para concretar más el apartado técnico, Ouya cuenta con un procesador Tegra 3 de Nvidia, que era una maravilla en 2012, pero que a día de hoy no se puede considerar para nada revolucionario. Para haceros una idea, juegos como Shadowgun pueden funcionar de forma fluída a 1080p, pero haciendo uso de frameskips para evitar las relantizaciones, afectando por consiguiente a la jugabilidad, puesto que el abuso de esta técnica afecta notoriamente a las respuestas del mando. Esto hace que jugar a este plagio del Gears of War sea una experiencia a evitar. En resumidas cuentas: Ouya reproduce los 1080p, pero los juegos insignia no están bien optimizados para este sistema.
En cuanto a puertos el gadget anda poco fino: Una salida HDMI, un puerto USB, otro micro-USB, la fuente de alimentación, una entrada para ethernet y poco más. La conexión a los gamepads se realiza mediante bluetooth y éstos, a pesar de las críticas que se pueden leer por internet, funcionan de forma precisa. Lo que sí que he notado es que tras jugar a determinados juegos los controles se vuelven inestables, obligando a desconectarlos y a volverlos a conectar para recuperar su correcto funcionamiento. Habría que estudiar si esto se debe al firmware de la consola, al SDK de desarrollo o a la mala implementación de éste último por parte de las desarrolladoras de estos juegos. Aunque yo apostaría por los tres factores al mismo tiempo.
Respecto a la interfaz, ésta está localizada únicamente al inglés y al igual que las videoconsolas actuales requiere registrarse una cuenta en el servicio de turno para poder hacer el disfrute de ésta. Uno de los puntos más llamativos es que para confirmar tu cuenta necesitas insertar sí o sí un número de tarjeta válido (crédito/débito). Este paso es obligatorio, aunque no se te realiza ningún cargo bancario. Un punto a criticar es que, a diferencia de Xbox Live o PS Network, este servicio de internet carece de listas de amigos. El launcher que trae por defecto es básico pero intuitivo. Si bien, resulta llamativo que sufre de ralentizaciones durante las transiciones de scroll. Uno de los puntos más criticables es que la consola viene sin ningún juego precargado, obligándote a tener un acceso de internet para bajarte juegos la primera vez que enciendes la consola. Otro punto que no me gusta es que, pese a existir una cola de descargas de juegos, no existe una pantalla que te muestre únicamente las descargas que tienes activas. Básicamente parece que los chicos de Ouya han cogido lo peor de Xbox Live y de PS Network para crear un mounstruo horrendo que nadie quiere y que tiene como único objetivo controlar tu visa. Por no tener, no tiene ni los famosos "códigos de amigo" de las consolas de Nintendo.
Es más, el lado más criticable de este producto (aparte de estar fabricado en china, explotando tropecientas almas para fervor del Dios capitalista moderno), es que éste huele a consumismo por todas partes. Y es que no se engañen, eso de que todos los juegos de Ouya son free-to-play es una mentira como una catedral. Salvo los juegos indie, todos los juegos que eran y son comerciales en otros mercados continúan siéndolo en Ouya y éstos se limitan símplemente a sacar una versión demo con opción a compra de la versión final una vez que hayas pasado por caja. Lo "jodido" de esto, es tener que repagar por juegos como Shadowgun o Final Fantasy III, puesto que recordemos que el Google Play está capado: Todos los juegos que compraste en otros mercados tendrás que repagarlos aquí.
Por otro lado, Ouya es una buena toma de contacto para el desarrollo de juegos Indie. Pero no nos engañemos, ya existe un punto de encuentro para esta comunidad que te permite explotar tus juegos en Windows, Linux o Mac OS X... y se llama Steam, Steam Greenlight. Realmente aún es pronto para valorar este producto, pero hay que destacar que la gente quería este producto y se le puede augurar un cómodo futuro a esta nueva empresa.