PS4, el resumen

La noche del miércoles, Sony realizó la mayor trolleada jamás creada: reunió a toda la prensa mundial para presentar su futura Play Station 4 y tras dos horas de exposición ni mostró la consola, ni demostró un gameplay en vivo. Es decir, todo lo que se mostró al público eran pruebas de concepto y escenas pregrabadas. Por no enseñar, no enseñó ni precio y se limitaron a decir que la nueva consola llegaría en navidades de 2013. En pocas palabras, nos dieron a entender que la PS4 sería la primera consola invisible del mundo.

Respecto al hardware, estamos ante una máquina que promete, que parece más un ordenador que una máquina de videojuegos:

• Procesador AMD con 8 núcleos de arquitectura X86 a 64 bits. Un procesador que pese a su potencia, técnicamente superior a un intel i7, está marcado como de "bajo consumo". Es decir, que no hará falta enviarle una carta bomba a Iberdrola para poder jugar a esto. Ahora bien, faltará por ver los GHz del procesador, no sea que nos cuelen un netbook multi núcleo.
• Respecto a la gráfica tenemos una Radeon de casi dos tera flops (1,84 para ser exactos). Esto quiere decir que la GPU sería menos potente que una ATI Radeon de la serie 5000 HD. Aún así el conjunto propuesto de de CPU + GPU es bastante prometedor.
• En cuanto a memoria, estamos hablando de 8 GB de tecnología GDDR5. Esta memoria es compartida entre la GPU y la CPU. Es decir, cuantos más recursos gráficos cargue un juego, menos memoria libre habrá de RAM. Este sistema de memoria compartida no es nueva y se puede apreciar en la Xbox 360 o en los ordenadores de bajo coste. De todas formas, con 8 GB de RAM vamos más que servidos. Respecto a la GDDR5, estamos hablando de una tecnología similar al DDR2 pero con una velocidad de acceso a 176 GB por segundo. Este rango de velocidad es similar a los últimos modelos existentes de la serie 5000 HD de las ATI Radeon.

De entre todos los cambios, el más notorio es el procesador, donde se abandona la tecnología PowerPC de IBM por la X86-64 de AMD. Esto a priori nos deja aclarada una cosa: Adios a la retro compatibilidad vía hardware. Esto significa que la única forma de jugar a títulos de PS3 será haciendo uso de alguna emulación elaborada por software, una técnica que no dio buenos resultados en la Xbox 360 y que en PS3 resultó acabar en fiasco. Profundizando más en el cambio de arquitectura, los chicos de Sony deberán de ser extremadamente cautelosos, para que no les pase como a Apple en su migración a procesadores Intel. Lo cual es un poco desconcertante, porque Sony es famosa por no tener cuidado con sus datos.

Aún así no hay que ser dramáticos puesto que, en lo que se refiere a software, el nuevo sistema operativo que disfrutará la consola parece bastante prometedor: Modo hibernar, compartir capturas de pantalla en redes sociales, emitir gameplays vía UStream... teniendo en cuenta sólo esta parte, parece ser que Sony será quien se lleve el gato al agua en esta generación. Tiempo al tiempo, esperemos cómo evoluciona el mercado mientras la Wii U se como los mocos durante los próximos cinco años.