Valenbisi: Muerte por éxito

Recuerdo cuando en Julio me di de alta en Valenbisi. Entonces el servicio apenas llevaba un par de semanas activo y éramos menos de dos mil abonados. Era una delicia retirar tu bici cada mañana e ir pedaleando hasta la oficina. Por desgracia la experiencia con Valenbisi se ha envenenado y de forma bastante desagradable (más adelante comentaré porque).

En Noviembre Valencia contaba con más de 30.000 abonados en Valenbisi, convirtiéndose en la primera ciudad europea donde el crecimiento se ha producido de una forma tan rápida (menos de cinco meses). Y eso que sólo se han construido unas 150 estaciones de las 275 previstas (aún así ya hay cobertura para dos tercios de la ciudad).

¿Cuales son las claves del éxito?

- El primero es el precio: sólo 18 euros al año. España es, junto a Grecia y Portugal, uno de los países de la zona euro más afectados por la crisis económica: Haciendo números no hace falta ser muy listo para ver que es mucho más rentable que ir en transporte público.

- El segundo es que Valencia cuenta con un clima estable, con más de 300 días soleados al año y una temperatura media de 18ºC. Con esto supongo que no hace ninguna falta decir que, salvo en invierno, es bastante agradable coger una bicicleta y pedalear (a pesar de que las de bicicletas de Valenbisi pesan como un tonel).

El caso es que cuando el servicio era minoritario, era una opción muy práctica para ir al trabajo cada mañana. Ahora que se ha vuelto masivo, da asco. No es por ser aristocrático, ni mucho menos, pero por las mañanas se vuelve imposible encontrar una bici (y madrugar no te da garantías de conseguir una, ya lo he probado), mientras que a la hora de comer es imposible aparcar las dichosas bicicletas.

El problema principal es que JCDecaux (Valenbisi) no se esperaba tal éxito, y a la hora de crear las estaciones se les ha asignado muy pocas bornetas. Esto produce que las estaciones, dependiendo de la hora, se encuentren vacías o a llenas a más no poder.

La solución, a priori, pasa por expandir el número de bornetas de las estaciones existentes. Pero no parece que lo vayan a hacer, puesto que aún tienen que construir 125 estaciones más. Como paleativo están inyectando un mayor número de bicicletas pero, tal y como voy a demostrar a continuación, eso no sirve.

Jueves 11, 9:14h. Hora de ir a trabajar:

Muy cerca de mi casa se encuentra la estación 100, en la intersección de Jose María de Haro y la avenida Blasco Ibañez. Vemos que a pesar de tener una veintena de bornetas, sólo quedan dos bicis. 

No osbtante, el sistema no me deja retirar ninguna: se ve que están ancladas a dos bornetas rotas. Resignado, recorro 280 metros hasta la estación 99: intersección de José Mongrell con Blasco Ibañez.

Al llegar me encuentro la estación vacía, sin bicicletas. Por suerte en el momento de tomar la foto llegó un usuario que aparcó la suya y pude ir a la oficina en ella.

De camino a la oficina me encuentro con la estación 76, en Campoamor. Como se aprecia en la foto también está vacía.

En menos de diez minutos llego a la estación 98, en Santo Justo y Pastor, a menos de 200 metros de mi oficina. La bici con el grafiti es la mía. Al ser zona con comercios a estas horas la estación no se encuentra vacía.

14:17h, hora de ir a casa a comer:

A esta hora muchos estudiantes universitarios y de instituto vuelven a sus casas para comer. Como se puede apreciar, todas las bornetas están ocupadas, por lo que a esta hora no hay ningún problema para retirar bicicletas.

De camino vemos que la estación 76 está llena, por lo que si alguien vive por aquí no podrá aparcar su bicicleta y le tocará hacer un rodeo por las estaciones cercanas.

Lo mismo pasa con la estación 99, esta mañana estaba vacía y ahora está llena.

Acabo de llegar a la estación de mi zona. Todas las bornetas están ocupadas. A mi derecha hay otros dos usuarios de Valenbisi que tampoco pueden aparcar sus bicicletas.

Finalmente consigo aparcar en la estación 101, en la estación de metro de El Cabañal. Se encuentra a 400 metros de mi destino.

15:11h, toca volver a la oficina:

Como vemos ya no hay tantas bicicletas y se puede coger una sin problemas. Eso sí, si hubiera salido cinco minutos más tarde me habría quedado sin bici, puesto que a y cuarto es la hora en la que salen los chavales del instituto cercano.

Tengo suerte y pillo la última borneta libre de mi destino. El siguiente usuario que quiera aparcar su bici tendrá que buscar otra estación. En la primera bicicleta se aprecia un paquetito rosa en la cesta. Era mi batido, me olvidé de cogerlo.

19:35h, momento de volver a casa a descansar:

La estación 98 sigue llena a más no poder. A mi izquierda, pese a que no salga en la foto, hay tres ciclistas que esperan a que retire mi bici para poder disputarse la borneta libre.

Fin de trayecto, la estación de mi casa vuelve a estar vacía. Dentro de una hora, cuando lleguen los chavales que estudian en el campus, volverá a estar llena.

En resumen:

- El alto número de usuarios registrados produce que dependiendo de la hora las estaciones estén completamente vacías o completamente llenas.

- JCDecaux "parchea" el problema incrementando el número de bicicletas.

- Incrementar el número de bicicletas y de estaciones no solventa el problema, puesto que las estaciones "llenas" en horas punta seguirán estando llenas, y las vacías seguirán estando vacías hayan 1, 100, o 1.000 bicicletas más.

- La solución, aparentemente, pasa por incrementar el número de bornetas por estación. Cosa que dudo que se haga hasta que no se construyan las 125 estaciones que quedan por hacer.