Dragon Age: Origins

Tras el éxito de Mass Effect, cuando Bioware anunció Dragon Age la gente pensó que se trataría del mismo juego pero en un mundo similar a Neverwinter Nights... Más que nada, por que Mass Effect fue, hasta la fecha, el único proyecto de Bioware para videoconsola. Por suerte nos hemos equivocado y el resultado es muy gratificante: nos encontramos ante lo que podría considerarse un Baldur's Gate en tres dimensiones. De hecho, hay muy poco de Mass Effect en este juego. Los gráficos no son tan impresionantes, pero las mazmorras por lo menos no resultan tan parecidas entre sí: Para haceros una idea en el juego protagonizado Shepard no era extraño encontrar el mismo edificio en distintos planetas, incluso con un interior exacto.

Y es que tras pasármelo en unas 60 horas de juego muy pocas cosas malas puedo contar. Estamos ante lo que se podría considerar el mejor RPG de la historia de las videoconsolas. Puede que gráficamente no sea nada del otro mundo y que se controle mucho mejor con ratón que con gamepad (el único pungo flaco del juego), pero estamos ante un guión sólido que nos mantiene en vilo de principio a fin con constantes giros inesperados, con romances, traiciones y finales alternativos incluso en la última hora de juego. Recordemos cuando Molineux nos vendió con su excelente Fable que las acciones del jugador se reflejarían de forma notoria en la aventura. Pues este juego se come con patatas a Fable. Aquí realmente cada acción que hagas puede repercutir de forma drástica: desde liberar en una mazmorra a la persona equivocada, hasta decidir quién será el nuevo rey de los enanos. El efecto mariposa en todo su esplendor.

Empecemos con el hilo argumental: Los engendros tenebrosos (lo que serían los orcos en El señor de los anillos) cada vez son más numerosos y han montado un ejército. Todo parece indicar que el Archidemonio, reencarnado en dragón, ha resucitado y les está comandando. Ante este suceso el reino de Ferelden, junto a la hermandad de los Guardias Grises, ha reunido a todas sus tropas para combatir a este "malo malísimo" de leyenda. Pero algo sale mal: Durante el combate de Ostagar, Lord Loghian se retira sin dar explicación dejando a merced al rey Cailan. El rey muere, la batalla se pierde y los Guardianes Grises son masacrados. Para más inri Loghian, bajo la sombra de la reina, se erige como la nueva cabeza del estado y acusa en falso de traición a los pocos Guardias Grises que quedan con vida. En pocas palabras: Tu eres uno de los Guardias Grises y tienes que pasear por todos los estados del reino para limpiar vuestro nombre, unir las distintas facciones de Ferelden, generar un nuevo ejército y combatir al Archidemonio.

Como ya he comentado, el guión engancha de principio a fin, algo muy de agradecer en los tiempos de hoy donde el RPG de turno de Square nos presenta cada dos por tres un héroe japonés amnésico con complejo de emo. Aquí tienes un pasado, un presente... pero nunca se sabe a ciencia cierta tu futuro, puesto que le pegas dos patadas a una piedra y a la mínima se te unen un par de personas nuevas a tu grupo. Se une tanta gente que en algún momento llegas a pensar que estás jugando al videojuego oficial de El señor de los anillos, pero aquí el héroe eres tu y no un hobbit con pluma. Realmente esto es algo inútil, puesto que acabas jugando con los mismos tres compañeros durante el resto de la aventura, pero queda gracioso ver hasta que punto tu grupito de guerreros se transforma en toda una banda: si haces bien los deberes hasta diez almas se unirán en tu batalla contra el mal, cada una con una quest personal que se desbloqueará conforme les conozcas mejor.

Resumiendo, estamos ante un juegazo de entre sesenta y setenta horas de duración, con una ingesta cantidad de finales alternativos y muchas descargas de contenido para alargar la vida del producto.

Advertenica, trailer no apto para menores.

Plataforma: Xbox 360, PS3, PC y Mac (versión de Mac sólo disponible en USA).

Precio de venta recomendado:

- PC: 19.90 EUR.

- Xbox 360 y PS3: 29.90 EUR.

PEGI: +18 años.

Nota: Obra maestra.