Fuente: marca.com
Cuando Manuel Llorente se hizo cargo de la presidencia del Valencia CF, se encontró con un equipo virtualmente muerto: 550 millones de euros en números rojos y un estadio aún en construcción pese a llevar invertidos más de 150 millones. Mucho daño hicieron los anteriores presidentes, en especial Juan Bautista Soler, el cual comenzó a construir un faraónico estadio sin haber vendido los terrenos del actual Mestalla... en plena crisis inmobiliaria.
Según informó el presidente en una reunión del consejo de administración del club, la deuda se ha reducido hasta los 400 millones de euros: Es decir, se ha pasado de perder 70 millones en la temporada 2007-2008 a ganar más de 150 en la 2008-2009. A las ventas de jugadores por un valor de 90 millones (Villa, Silva, Marchena...) hay que sumar la reducción de gastos en nóminas de los futbolistas en un 14% y la reducción de gastos de gestión de la directiva en un 35%.
Según comenta Llorente, aún queda mucho camino para salir del hoyo, sobretodo para retomar las obras del nuevo estadio. No obstante también hace hincapié en que ya no será necesario vender estrellas para reducir la deuda del club.
Vender caro, fichar gratis:
Gran parte del éxito deportivo y económico de este Valencia se debe al buen hacer del anterior secretario técnico: Fernando Gómez. Con él se contrataron jugadores de indudosa calidad a coste cero, como ha sido el caso del lateral izquierdo Mathieu (internacional por Francia), el lateral derecho Bruno, el veterano portero César, el pivote Topal (internacional turco) o los sorprendentes Tino Costa, Éver Banega y Feghouli. También es cierto que metió mucho la pata con fichajes como el de Thiago Carleto, pero no hay que quitarle méritos a sus aciertos.