Una cosa que siempre he odiado de los coches automáticos es la chulería de la que suelen hacer gala sus conductores. Con esta entrada no pretendo decir que todos los conductores de coches automáticos sean unos cretinos, pero sí hacer incapié en la necesidad de tener unas normas básicas de civismo: Si tienes un coche que no puede ser empujado por los mortales, no lo aparques en segunda fila molestando a otros vehículos. Todos alguna vez nos hemos encontrado con un coche automático en doble fila que nos ha impedido sacar nuestro coche: Me ha pasado a mi y os habrá pasado a miles de vosotros.
Y é aquí que el inventor de la transmisión automática de las palancas de cambio decidió que todo coche automático jamás podrá estar en punto muerto: con el coche inmóvil el vehículo estará con una tracción similar al freno de manos de los vehículos tradicionales. Es por eso que jamás de los jamases, amigos conductores de coches automáticos, debéis de poner el coche en doble fila... puesto que si molestáis a un conductor que quiere sacar su vehículo no tendrá forma posible de mover el vuestro para poder maniobrar.
La primera vez que me sucedió me pasé tocando el claxon en plena Avenida del Puerto durante cinco minutos. Pasado ese tiempo una señorita, que se encontraba en una tienda de muebles, me comentaba indignada:
- ¡Pero si te he dejado un hueco para que puedas salir!
Le pongo una mirada de pocos amigos y le señalo que resulta prácticamente imposible sacar mi vehículo sin hacer desperfectos en la carrocería.
- Perdona, ahora lo muevo. - Replicó con la cara enblanquecida.
Otra situación similar me pasó debajo de mi casa, donde un mercedes muy conocido en la zona por
aparcar siempre como le sale de los cojones decidió estar situado detrás de mi coche mientras su dueño se tomaba una copa en los billares. Sin poder maniobrar me dediqué a hacer lo único que podía hacer: tocar el claxon hasta que el espécimen se decidiera a salir. Entonces un joven de pelo teñido y bien vestido (para ir de copas, no en smoking) se disculpó con el maldito:
- Lo siento, no tiene puesto el freno de mano, es que es automático...
Para más chulería, en vez de adelantar el coche para facilitarme el acceso a la vía, se limita a dar marcha atrás un metro o dos, obligándome a invadir un carril de más para poder sacar mi Ford Fiesta.
Yo alucino con estos individuos. Siempre me he considerado alguien con mucha paciencia, pero ya que yo tardo mis diez, quince o veinte minutos para poder estacionar... que menos que si tienes un coche nacido para fastidiar le dediques ese mismo tiempo.
La última fue este sábado en la finca roja, donde un mercedes (para variar) tamaño XXL estaba estacionado en doble fila entre un contenedor de basura y mi coche. Pasaron dos policías, que también estaban en doble fila, y les comento que ese coche está en doble fila y que no me deja salir "por que tiene el freno de mano puesto". Miran el coche, van al portal de al lado, tocan un timbre y dicen:
- ¿Usted tiene un Mercedes en doble fila?
- Sí.
- Pues baje a retirarlo, que está molestando.
Ni multa, ni nada. Se metieron los dos policías en su coche y se fueron. A los diez minutos el individuo se digna a bajar al portal y tras decir las palabras mágicas mueve su coche:
- Perdona, es que me han robado... y el coche es automático.
Mi cara era todo un poema. Mi compañero Guillermo se limitó a decirme:
- Joder macho, yo si tuviera las pelas para tener semejante coche me compraba una plaza de garage.