El karma me adora

Ayer quise enchufar mi Macbook al monitor de mi ordenador, por lo que me hacía falta un cable Mini-DVI a VGA que venden por la web de Apple y en el Fnac. Mi intención era jubilar mi ordenador de sobremesa para economizar espacio en mi cuarto. Como aparcar en el centro de la ciudad es imposible (¡gracias alcaldesa!) fuí en autobús. Al llegar el dependiente no me atendió, así que tras debatir 20 minutos cual era el cable que necesitaba (había todo un ejército), compré uno y volví a casa.

Al llegar me percaté que mi Macbook no tiene entrada Mini-DVI, tiene Mini-Display (manda huevos el nombre...). Abrí el monedero y vi que no tenía para pagarme más viajecitos en bus. Busqué las llaves de mi coche y no las encontré, así que pensé que las habría cogido mi padre para hacer compras. Bajé al portal para pedirle al portero que me fiara un euro. Pero al bajar vi que el portero había acabado su jornada laboral, y para más inri vi que enfrente de mi casa está aparcado mi coche, por lo que he perdido las llaves de este (ya aparecerán).

Al final encontré a mi madre y me prestó su bonobús. Fuí al Fnac. El dependiente no volvío a atenderme (se ve que vender un Mac no les sale rentable). Tras debatir otros 20 minutos si un Macbook tiene entrada Mini-Display/Mini-DVI/Micro-DVI, harto de no ser atendido fui a un Macbook de exposición y desenchufé la pantalla que tenía puesta para ver cómo es la conexión. Me entró la tentación de editar un crontab en sus Mac para que mostraran un popup cada minuto de "Quiero ser atendido", pero como soy buen chico no lo hice.

Seguidamente fuí al servicio de "Cambios" a que me cambiaran el cable que compré por el que me conviene. Me dijeron que para cambiar "ese tipo de cosas" tengo que ir al servicio post-venta. Por suerte en el servicio de post-venta no me pusieron ninguna pega y pude cambiar el dichoso cable.

Mi escritorio.

¡Pero que guapa es mi querida!