Fuente: Levante-emv
El circtuito de fórmula 1 de Valencia es un fiasco, eso no es ningún secreto. Quisieron realizar un nuevo "Montecarlo" y el resultado es un circuito urbano en las afueras de la ciudad: un circuito feo, peligroso y complicado, donde cometer un error puede suponer acabar en los puestos de cola sin posibilidad de remontar el vuelo.
El resultado del Gran Premio de Hungría fue desastroso para la la economía de Valencia: la sanción impuesta para Alonso setenciaba grávemente el número de entradas vendidas para el Gran Premio de Europa. Tal fué la magnitud que una vez conocida la sentencia los organizadores sólo vendieron 30.000 entradas, cuando Escclestone se queda el beneficio de las primeras 40.000 entradas.
Aprovechando la baja de Massa y para reavivar las nefastas ventas de entradas, Schumacher vino cual "mío Cid" en lomos de su caballo blanco (bueno, un Ferrari rojo) anunciando su regreso a la fórmula uno. Y funcionó: se alcanzaron las 47.000 entradas... y poco despúes Schumacher nos decepcionó comunicando que "no se encuentra en forma" y que no correrá, decepcionando a un gran número de admiradores.
Ahora la FIA dice que Alonso correrá en Valencia, pero el aforo de 75.000 espectadores está lejos de completarse. La vuelta de Fernando es una gran noticia para los organizadores, pero ahora queda al descubierto que la F1 tiene poco de deporte y demasiado de negocio.
El circtuito de fórmula 1 de Valencia es un fiasco, eso no es ningún secreto. Quisieron realizar un nuevo "Montecarlo" y el resultado es un circuito urbano en las afueras de la ciudad: un circuito feo, peligroso y complicado, donde cometer un error puede suponer acabar en los puestos de cola sin posibilidad de remontar el vuelo.
El resultado del Gran Premio de Hungría fue desastroso para la la economía de Valencia: la sanción impuesta para Alonso setenciaba grávemente el número de entradas vendidas para el Gran Premio de Europa. Tal fué la magnitud que una vez conocida la sentencia los organizadores sólo vendieron 30.000 entradas, cuando Escclestone se queda el beneficio de las primeras 40.000 entradas.
Aprovechando la baja de Massa y para reavivar las nefastas ventas de entradas, Schumacher vino cual "mío Cid" en lomos de su caballo blanco (bueno, un Ferrari rojo) anunciando su regreso a la fórmula uno. Y funcionó: se alcanzaron las 47.000 entradas... y poco despúes Schumacher nos decepcionó comunicando que "no se encuentra en forma" y que no correrá, decepcionando a un gran número de admiradores.
Ahora la FIA dice que Alonso correrá en Valencia, pero el aforo de 75.000 espectadores está lejos de completarse. La vuelta de Fernando es una gran noticia para los organizadores, pero ahora queda al descubierto que la F1 tiene poco de deporte y demasiado de negocio.
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