Como es bien sabido, este domingo el Athletic Club de Bilbao goleó por cinco goles a uno al Valencia. Quedan cinco jornadas para el final de liga y el equipo de la capital del Túria se encuentra a dos puntos del descenso, siendo el segundo equipo con más goles encajados (con la excepción del Levante, que es el colista), y con un casillero de goles a favor que parece el del Real Madrid dividido por dos (pese a contar con jugadores ofensivos de la talla de Morientes, Villa, Vicente o Joaquín).
Y es que tras el tercer gol el público de San Mamés ya se cachondeaba cantando el "¡Koeman quedate!", y es eso básicamente lo que se ha convertido el Valencia: en un chiste. Un club que en la jornada 8 despide a su entrenador por dejar al equipo lejos del liderato, pero en cuarta posición... y en la jornada 33 sigue manteniendo a un entrenador que ha dejado al equipo once puestos más abajo.
¿Y este señor no tiene orgullo? ¿Por qué sigue entrenando a este equipo si no es capaz de cumplir los objetivos? Por que poderoso caballero es don dinero. Tiene un contrato blindado, con cláusula de recisión y todo (no vaya a ser que de lo bueno que és algún equipo nos lo robe...) donde un despido equivale a pagarle el salario de sus tres años de contrato. Con ese panorama normal que no quiera dimitir, su imagen se verá mal si el Valencia desciende, pero oye ¡¡que si le despiden tiene el salario de 3 años trabajando sólo uno!!
Desde su llegada, la filosofía de Koeman no ha calado en los jugadores: entrenamientos que no rinden, impone un formato 4-3-3 cuando el equipo se ha acostumbrado durante toda la última década al 4-4-2, o el apartar de la plantilla a jugadores importantes para el equipo como Cañizares, Albelda, Angulo, Zigic... incluso no cree que a los jugadores de élite haga falta motivarles... y así se demuestra en su juego: cinco goles a uno, señores. Se ve que se confunde al pensar que la palabra "jugador de élite" significa "máquina de guerra" en vez de "ser humano con sentimientos que hace su trabajo de puta madre cuando las circunstancias se lo permiten".
A estas alturas los dirigintes estarán que trinan, puesto que un año sin Champions League para un club como el Valencia equivale auna pérdida de ingresos bastante considerable. Es más, deberían de haberse planteado antes si destituir al entrenador y clasificarse para la champions era viable, puesto que los gastos generados por lo primero habrían sido fácilmente subsanados por lo segundo. A estas alturas hablar de champions es una utopía, y el infierno de segunda acecha. Ahora no sólo se han perdido los ingresos de la gran competición europea, si no que hay que sumarle el finiquito del neerlandés.
Y mientras tanto hay que seguir pagando las obras del nuevo (y faraónico) estadio. ¿Podrá el Valencia subsanar el altísimo coste de las fichas de sus jugadores, del nuevo estadio, del finiquito de Koeman y la contratación de un nuevo entrenador? No es ningún secreto que jugadores de la talla de Vicente o Villa decidirán irse a otro club si el que tienen actualmente no les da garantías de ganar nuevos títulos. Y eso no significa venderlos... significa venderlos a precio de saldo. Y mientras, jugadores de la talla de Albelda o Cañizares, dolidos por su situación deportiva con Koeman, tienen difícil permanecer aquí incluso si el holandés se va, puesto que con todo lo sucedido ya saben que el club puede dar puñaladas traperas independientemente de lo que sientan por el Valencia... ¿quién no recuerda cuando Cañizares lloró tras perder la final de la Champions League contra el Bayern de Munich?
Y es que tras la fuga de Benitez (otro al que todos vimos llorar por el Valencia), una cosa está clara: los directivos del Valencia sólo han conseguido hacer el rídiculo, año tras año, y si no se cambia pronto de estrategia, el año que viene no será un ridículo, será una carcajada en toda regla.